Naturaleza Humana: continuaciòn 3 del capìtulo 6



CAPÍTULO VI: CARL ROGERS, LA PERSONA.
(Final del capítulo)

Epigrama L: “He oído decir que quien sabe cuidar su vida / va por su camino sin temor al tigre ni al rinoceronte / entra desarmado al campo de batalla / […] ¿Y porqué? / Porque EN EL SABIO NO HAY NADA VULNERABLE A LA MUERTE.”



Como terapeuta rogeriano, no se debe adoptar una postura en torno a lo correcto o incorrecto de la conducta; inversamente, en su posición de cliente, se debe observar lo que significa ser escuchado sin convertirse en objeto de juicios.

Se debe centrar en la escencia positiva del individuo, mediante una comprensión empática.

(Arriba: Escuela del Wushu- Kung Fu )


ACTIVIDAD

En cualquier conversación efectúe el siguiente ejercicio: escuchar y comprender. Debe comprender tan bien lo que piensa y siente el otro como para hacer un resumen.

** AUTOR, AUTOR.

He observado en la personalidad narcisista el tremendo impacto que tiene la conducta defensiva del Yo sicótico. Esta actitud defensiva llega a ser extrema: todo pasa por este tamiz: es de primera importancia para el narcisista dejar en claro la grandeza de su ego. Esta conducta persistente hace que la realidad del sicótico se desvirtúe y se desdibuje. Por ejemplo, si el narciso considera que algo es de importancia dirá "Yo dije primero eso..." o "Yo hice primero eso..." Si le pides, de buena manera con buenas formas y palabras, que realice alguna tarea en particular, ya sea ordenar sus propias cosas o mantener actitudes aceptables, ponerse ropa si hay visitas, en fin cualquier cosa, pasará esta solicitud por el tamiz defensivo de su YO y operará una defensa sin concesiones: "¡Hazlo tú!" o dará razones sin sentido lógico "No sé hacer eso" o recurrirá liza y llanamente a la mentira "No tengo tiempo", o se enfadará con rabietas prolongadas y molestas, etc.

Como el psicótico narcisista siempre está en guerra, la conducta defensiva del Yo es permanente y todo lo que hace pasa primero por este criterio. **

(Arriba: Glaciar colgante, Chile)


GRUPOS DE ENCUENTRO

Rogers afirmaba que las personas, no los expertos, poseen capacidades terapéuticas innatas.

Los grupos de encuentros modernos se originaron en 1946, en Connecticut.

Algunos instructores de los grupos de Connecticut se unieron con otros para fundar los Laboratorios Nacionales de Capacitación, en 1947: formaron el "grupo T"

Lo sorprendente de éstas experiencias es que traían cambios de personalidad importantes.

(Arriba: Reserva nacional "Los flamencos", Chile)

"Todos los grupos de encuentro brindan un clima de seguridad psicológica que estimula la expresión inmediata de las emociones, así como las reacciones que suscitan. El líder, sea cual fuere su orientación, se encarga de establecer y preservar el tono y la concentración del grupo."

"El grupo de encuentro [...] es uno de los inventos modernos más exitosos para curar los sentimientos de irrealidad, de impersonalidad y de distancia y separación en que viven tantas personas.", Rogers, 1990.

El proceso de encuentro comienza por un período de rodeo, cuando los participantes esperan a que se les diga cómo comportarse. Se observa una frustración cada vez mayor... Hay una resistencia inicial. Es el self público el que los participantes suelen mostrar y, luego, vacilantemente empieza a aparecer el self privado.Las primeras emociones que se expresqn son del pasado y suelen ser negativas.

Las emociones positivas son mucho más difíciles y peligrosas de expresar que las negativas. Decir, "te quiero" por ejemplo, coloca en una posición vulnerable.. Cuando se expresan emociones negativas y el grupo no se desintegra ni se divide, se generan "materiales con significación personal"; un clima de confianza en el que las personas comienzan a correr riesgos.
(Arriba: Okinawa en la historia del kárate.)


Entonces, los participantes comienzan a comunicarse emociones inmediatas: aparece una "capacidad de curación". Las personas aprenden a aceptarse. Esto representa una señal de que deseamos cambiar.

Luego hay una creciente impaciencia hacia los mecanismos defensivos: el grupo exige que los individuos sean auténticos. Retroalimentación.

Pero, ¿Hay peligros en la experiencia del encuentro? Es posible que algunas psicosis, depresiones y suicidios se hayan debido a la participación en tales grupos...

En la última década de su vida, Rogers decidió aplicar sus ideas sobre el poder curativo de la comunicación abierta a grupos internacionales. Trabajó con miles de rusos en la ex Unión Soviética, donde, incluso, se difundieron por televisión nacional las técnicas centradas en la persona. Los resultados fueron prometedores.

"No gozo de una posición prestigiosa en la ciencia psicológica, lo cual me tiene sin cuidado" afirmaba Rogers. Pero, a su muerte, su obra si gozaba de una aceptación casi universal, Macy, 1987.

(Arriba: Peldaños hacia la gruta de Boddhidarma)



CRÍTICAS:

No faltan las críticas a su posición: una exagerada visión positiva de la condición humana, Rogers no incluye en su reflexión las hondas pautas psicopatológicas que pueden impedir las mejoras en el funcionamiento psicológico. Otros autores señalan que la autoactualización no es una característica innata y que proviene de otro impulso más elemental aún: la necesidad de estimulación.

Sin embargo, Rogers no dudaba de la existencia de la maldad y la perversión. Para Maslow, la bondad humana está condicionada a presiones culturales. "Estoy consciente de que los mecanismos defensivos y los temores interiores inducen a conductas que, como destructivas, inmaduras, regresivas, antisociales o malignas, no tienen parangón con ningún ser de la naturaleza.", escribe Rogers.



La imagen de la humanidad que presenta Rogers carece de sentido para sus críticos. Y que la filosofía de Maslow y Rogers satisface una necesidad típicamente gringa... Cierto, es muy cómoda ésta psicología para el self estadounidense, el espíritu norteamericano, pues reivindica los aspectos absolutamente personalistas en detrimento de los aspectos sociales, y ello en conjunción con un sistema de libre mercado. En la terapia de grupo, por ejemplo, el ámbito social no es más que un medio para que el individuo, como tal, mejore.

Pero Rogers, a pesar de las críticas, nunca abjuró de su fe en la benevolencia última de la humanidad.

FIN DEL CAPÍTULO

LUEGO PROXIMO CAPÍTULO

No hay comentarios:

Publicar un comentario